-Toma tus pastillas flaite maricon!!
-Te he dicho que me gusta tu voz?
-Siiii, claro, asesino culiao!

Llevo 4 meses aqui, y todavia tengo 2 tombos con sus pistolitas a la salida de la sala del hospital.
Ya no tengo la pelvis pegada a las amigdalas y no siento un gato adentro de los pulmones cada vez que quiero respirar, asi que supongo que estoy mejor.
Hasta me saca a pasear un paco.

-Cuidado mi cabo, no se le vaya a escapar un tiro no mas...
-Callaito no mas voh, que ya te queda poco.

(Ya esta bueno de esperar, hay que virarse de aqui.)

-Mi cabo...traigame una enfermera, que me duele esta huea!
-Uhh...Ehh...esperate aqui no mas hueon!!
-Y como quiere que me mueva si me duelen las piernas!!! Apurese 'iñor!

Los pacos nunca han sido hueones muy inteligentes. Me paro y miro a ver si hay algo donde esconderse. Un par de arboles y un monton de viejos enfermos. Nada muy util pa esconderse de la mitad de la UCI y dos pacos armados. Sobre todo si no puedes correr.

Que cosas hay de sobra en los hospitales?
Sillas de ruedas. Vendas. Bastones. Viejos culiaos enfermos y cuicos.
Parece que se me ocurrio algo.


El Sr. Juan Miguel Valdés sufrio quemadura de primer y segundo grado en el 75% de su rostro y un 45% del resto de su cuerpo mientras intentaba escapar del incendio que quemo su mansion en el centro de la ciudad. Se encontraba en el sector de pensionados, bajo el cuidado de los mejores medicos del hospital, donde lo visitaba regularmente su amigo personal, el director del lugar.

Lo miraba siempre cuando nos topabamos en el patio (bueno, no a el precisamente, el viejo tenia la mejor enfermera que un caliente como yo podria pedir) y una vez lo vi conversar con el director de la huea de hospital. Bueno, todo lo que se puede conversar con la boca y lengua quemadas.

Ahora esta tirado en un baño del area de recien nacidos, ya no tiene vendas en la cara ni silla de ruedas pa salir de paseo.

Trato de avanzar calmado en la silla, tratando de imitar al viejo quemado, avanzo lento...lento...leeeento. Tengo que pasar piola.
Tengo que pasar piola.
Tengo que pasar piola.
(voy llegando a la puerta de salida)

Recepcion, alcanzo a leer.

-Y pa donde va usted?-Pregunta una vieja guatona de lentes.
-Y vhoh qhueeeh teh 'mpodtaahh bieejha cohpussshhendhah? Connhocih a Dhonn Mhaaariano dhee lah Jhuendhe? Queeeejjjri pjjovlemaaah ghon hel?

La vieja se helo entera cuando escucho el nombre del director. Vieja hueona.
Al menos la imitacion sirvio.

Salgo de la recepcion con una sonrisa enorme que menos mal que tapan las vendas. Al estacionamiento, tranquilo, tranquilo.

Me meto entre dos ambulancias y me saco las vendas. Ahora paso piola por viejo piante limosnero.

Algo es algo.
Me trato de parar, pero me doy cuenta que tener una silla de ruedas a veces no es tan mala idea, no me puedo tener en pie.

Saliendo del hospital acelero en la sillita. Ya me deben estar buscando. No tengo niuno.

Pero Transantiago es un amor y dos viejas les ordenan a sus correspondientes viejos a que me suban a la micro. Son las 6 de la tarde y el conductor no se va a andar preocupando de cobrarle el pasaje a un viejo hediondo a cama meada en silla de ruedas.

Me bajan los mismos dos viejos macabeos cuando hago parar la huea.
Estoy en casa.


Esta todo desordenado.
No esta la .357

Se abre la puerta del baño.
-Te estaba esperando conchetumadre!

...




Continua.