Ballet de balas.

Wednesday, March 19, 2008

Te sientas frente al computador acompañado de un cafe de esos caros que venden en bolsitas, tragas algo de liquido y te pones manos a la obra, o eso es lo que pretendes hacerte creer.

Hoy, igual que todos los dias, tienes la cabeza tan en blanco como la linea que te acabas de tirar con la excusa barata de que asi vas a poder dormir menos y escribir mas.

Recuerdas que toda tu vida quisiste escribir, que cuando niño le decias a todo el mundo que querias ser un escritor famoso. Los viejos te miraban y se reian no mas.

Hoy tienes 61 años, ya deberias haber terminado una carrera, un magister afuera y una empresa de comunicaciones, igual que todos tus amigos loquitos de la Arcis.

Deberias haber hecho algo con tu vida, no dedicarte a construir la de otro. No gastarte toda tu plata en hacer vidas artificiales. No botar tu vida por creerte dios.

Lo llevaste a la villa, el cabrito era pillo y se las arreglaba bien, no te costo tanto comprar a la vieja esa para que lo "educara" y lo hiciera un choro del cual pudieras escribir una novela que te hiciera muy famoso cuando murieras. Compraste cabros que jugaran con el, baratos y hueones, para que pudiera sentirse mejor. Sparrings, les dicen en el boxeo. Los pendejos se encariñaban y hacian equipos de futbol en la calle, jugaban a la pelota todos los dias despues de clases, se juntaban y andaban todos juntos todo el dia, como los perros que andan en la calle buscando basura.

Lo metiste en un lio de mentira, fotochopeaste portadas, compraste enfermeros y doctores, sembraste la semilla de una gran novela de accion. Viviendo en Estados Unidos, tendrias el camino pavimentado al Pulitzer. Conseguiste testigos falsos y editaste programas de TV que religiosamente ponias en su televisor del hospital, para crear ese estado paranoico que tanto te gustaria que tuviera tu novela. Todo falso, todo carton.

Le conseguiste otro choro, el que mas caro te costó, el mas choro de todos, pa que lo defendiera, pa que se hicieran amigos. Inventaste una historia humana y sensible para el Diego, al cual cuidadosamente instruias para que hablara poco, porque es choro y no actor, y no querias que el Indio entendiera nada.

Tambien hiciste malas jugadas, intentaste hacer una historia de amor, le pusiste a una mina que querias que fuera la pololita que el Diego iba a matar en un ataque de ira cuando se diera cuenta de que habian matado a su hijo (que tampoco es su hijo), pero nunca se amaron, nunca nada, ni una escena de catre que ponerle a la historia (y eso que los emborrachaste muchas veces). Dinero malgastado.

Tomas un sorbo de cafe y piensas en la cantidad de dinero que has gastado en crear una vida. No quieres hacer una novela (hace años te diste cuenta que tu talento no esta con las letras), quieres contar una vida, una vida que tu mismo diseñaste al dedillo, la vida de heroe negro que a ti te gustaria haber vivido.

Piensas en como se debe divertir dios.

Piensas en que has dedicado 30 años de tu vida a esto.
30 años de tu plata.
30 años de tu fuerza.
Ya eres un viejo tirado en una pieza en calle San Antonio sin nada mas que hacer que ser dios.

Porque la novela ya termino, no es eso lo que te mueve. Fuiste dios por 30 años, manejaste la vida de un hombre, te hiciste adicto a vivir la vida de otro.

Ahora sabes que de todo esto queda poco, el telefono sono hace un par de horas. Era el Diego. Dijo que estaba cansado de todo.

El flaite hijo de puta le conto todo al Indio. Viene para aca.

Tu nombre es Ariel Scurano y ya no tienes nada mas que decir.

Finaliza en el siguiente capitulo.

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